El Salario Emocional facilita a los empleados beneficios que no necesariamente son económicos, sino que les haga sentirse cómodos dentro de la Organización y con la necesidad de ser útiles para el cumplimiento de objetivos y metas, proporcionando un valor agregado y así contar con colaboradores más satisfechos y comprometidos para la mejora de la calidad.

Todo lo anterior, tiene como resultado una mínima rotación del personal, una reducción de gastos en selección y formación de trabajadores, así como la disminución del ausentismo laboral; mediando la resistencia al cambio y desarrollando un alto grado de tolerancia a la frustración al momento de trabajar bajo presión.

Uno de los ejemplos más comunes, aplicando el Salario Emocional, es el reconocimiento personal; las palabras de elogio por parte de los superiores hacia los empleados crean una motivación extraordinaria en los trabajadores. Otro modelo de salario emocional, que es digno de análisis, es la flexibilidad horaria; es importante considerar que el colaborador no alargará innecesariamente una pausa para un café o un cigarrillo ni perderá tiempo navegando por páginas de ocio o usando sus redes sociales. La flexibilidad horaria se convierte así en ejemplo de ‘Salario Emocional’.

Asimismo, disponer de espacios de descanso e incluso zonas de ocio, contar con luz natural o colores atractivos en las paredes, la presencia de plantas o cuadros en los despachos y sitios comunes; contribuyen a mejorar el ánimo del trabajador y por tanto, se verá reflejado en su rendimiento laboral.

La motivación de los trabajadores y las buenas relaciones entre ellos y con sus superiores son en definitiva fundamentales para un óptimo Clima laboral.

Es importante mencionar que cada trabajador es individual y tiene sus propias expectativas. Por este motivo no son las mismas aspiraciones que pueda tener un empleado joven que uno sénior, ni un padre o madre de familia que las de un trabajador sin hijos, ni un ejecutivo experimentado que el personal operativo. Por esta causa, se debe valorar a cada individuo de forma distinta y adaptar el Salario Emocional a cada necesidad.

Algunos de los componentes del Salario Emocional son:

* Desarrollo profesional

La posibilidad de ascender en la Organización y alcanzar el bienestar laboral, es una aspiración común de todos los trabajadores, se deben adaptar los procesos internos para que la promoción interna sea justa y basada en principios de equidad en función de méritos, valores y grado de formación.

  • Compensación psicológica

Las palabras de aliento y agradecimiento siempre serán bien recibidas y permitirá que sus colaboradores se sientan reconocidos, aumentando así su identificación con la Organización.

* Conciliación familiar y personal.

En este punto debe valorarse la autonomía entre los colaboradores ya que, así se tendrá la sensación de ser tratado como persona y no únicamente un número o una ‘máquina’ de una cadena de producción.

* Retribuciones fijas y variables.

Incentivar las ideas o las sugerencias para mejorar la empresa deben ser recompensadas, incluso de manera monetaria. También deben incorporarse a los salarios complementos basados en la productividad.

  • Comunicación.

Los colaboradores son personas que, como el resto, necesitan comunicarse de tú a tú, conocer a sus compañeros o superiores y poder acceder a ellos cuando los necesiten.

Para las Organizaciones, el Salario Emocional consigue aumentar la competitividad de la organización, siendo consideradas como las grandes compañías más deseadas para trabajar, esta práctica evitará la desmotivación de trabajadores que al no sentirse valorados buscan otras empresas.

Son muchas las preguntas que pueden surgir en el desarrollo y aplicación de este proceso de manera operativa, si desea obtener mayor información de cómo podemos aportar en su empresa, con gusto estamos a sus órdenes.

 

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